¿Qué declara tu historia?



Cuando, en una historia, el bien triunfa sobre el mal, es una declaración de lo que deseamos como comunidad.

Muchos autores, cuestionando que así no ocurre siempre en la vida real, han escrito historias donde el bien no triunfa al final. Se supone que para permitir que cada persona pueda hacer una reflexión libre. En realidad, se separa al expectador de la comunidad en que se apoya y se le expone a una declaración que puede vencerlo, en perjuicio de la comunidad que no ha organizado una respuesta frente a esta estrategia.

Una historia no es un documental, sino una declaración de un mensaje.

Sabemos que en la vida real, el bien no siempre parece triunfar, pero no se nos ocurre representar eso en nuestra Constitución. En ella, declaramos los valores que consideramos importantes, los principios en los que basamos nuestra vida en comunidad. Cada vez que contamos una historia, hacemos una declaración. Una historia con un final donde el bien no triunfa, es una declaración de que algo no está bien. Hace una mella en los lazos con nuestra comunidad.

Con historias de este tipo se ha venido mellando ideas sobre la importancia de la familia, de la integridad de la autoridad o de quien tiene más poder, del propósito de nuestra existencia.

Y se ha hecho de modo tan consistente, que pareciera parte de un plan para debilitarnos.

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