Diálogo sobre llegar tarde

Lisa: Llegar tarde es lo peor que puedes hacer. Los alemanes, por ejemplo, jamás llegan tarde. Ni los japoneses.

Pablo: Creo que no llegar es lo peor que puede suceder. Y los alemanes, por ejemplo, viven en Alemania. Los japoneses viven en Japón.

Lisa: ¿Qué quieres decir? -pestañeando con sus largas pestañas.

Pablo: Lo que digo -sonríe-. Las cosas suceden por alguna razón. Hay un por qué. ¿Por qué crees que alguien llega tarde?

Lisa: Porque no toman en serio la cita. La hora es la hora. Si todos respetaran la hora que se acuerda, todo sería mejor.

Pablo: Entonces, ¿dices que llegan tarde a propósito?

Lisa: No... lo que digo es que no toman las suficientes precauciones para llegar temprano.

Pablo: Entonces, ¿dices que pueden llegar temprano?

Lisa: ¡Claro! ¿Si no, por qué acuerdan que estarán a esa hora?

Pablo: Entonces, ¿dices que tenían otra opción, que podían haber elegido otra hora?

Lisa: Bueno... -se queda pensando.

Pablo: Hay un por qué para las cosas que suceden. A veces tendemos a sentenciar que hay un motivo atrás, pero si lo analizas un poco, la explicación suele ser más simple.

Lisa: ¿Y cuál es la explicación?

Pablo: A veces, una persona puede aceptar una hora de reunión porque no le queda otra opción. Porque hay una regla escrita en piedra. Porque la otra persona no aceptará otra hora. No dice que no porque sí quiere estar ahí.

Lisa: Entonces, ¿dices que miente para que la reunión se programe?

Pablo: Para que se pueda seguir adelante.

Lisa: Mentir es peor que llegar tarde.

Pablo: Podemos pre juzgar y sentenciar, y quejarnos, y sufrir. O podemos tratar de ver si parte de la situación cae en nuestro ámbito y podemos hacer algo constructivo al respecto.

Lisa: ¿Que puedo hacer algo para que otra persona llegue temprano? ¿No debería cada persona preocuparse por sus propios asuntos?

Pablo: Bueno, desde que se trata de una reunión, concierne a más de una persona. Lo que cada persona hace afecta a las demás. Cuando aceptas relacionarte con alguien más, aceptas hacer lo que esté a tu alcance para mejorar la relación.

Lisa: Estoy comenzando a sentir que tengo la culpa porque alguien más llega tarde.

Pablo: Pienso que un problema en las relaciones es buscar un culpable cuando sucede algo que no nos gusta. Alguien tiene que hacer algo para mejorar las cosas pero, cuando se culpa a alguien, se suele asignar la responsabilidad a quien no tiene los medios para cambiar la situación, o no tiene las mejores herramientas.

Lisa: Entonces, ¿qué dices que debo hacer?

Pablo: ¿Alguna vez has llegado tarde a alguna cita?

Lisa: No, trato de honrar los acuerdos que cumplo.

Pablo: ¿Nunca?

Lisa: Nunca... bueno, una vez, un amigo se ofreció a acercarme a la oficina y nos metimos en un atolladero. Yo le dije que tomara otra ruta, pero no me hizo caso... llegué cuando la reunión ya había empezado, pero no fue mi culpa.

Pablo: Entonces, llegaste tarde a esa reunión.

Lisa: Pero no fue mi culpa.

Pablo: ¿Alguien se enfadó contigo?

Lisa: No, creo que todos entendieron que fue algo que no era culpa mía.

Pablo: Cuando dices que no es culpa tuya, expresas que la causa es algo que está más allá de lo que puedes controlar.

Lisa: Así es.

Pablo: Cuando alguien llega tarde, ¿puedes imaginar que haya sido por una causa que está más allá de lo que puede controlar?

Lisa: Bueno... si es al algo como lo que me pasó, lo puedo entender.

Pablo: En realidad, se trata solamente de si puedes o no hacer algo algo al respecto. No podías hacer nada por salir del atolladero en que estaban. Otras personas no pueden hacer mucho por un bus que no siempre pasa a la misma hora, o por desviaciones inesperadas en el tránsito. En el caso de Alemania y Japón, se ha logrado que los sistemas de transporte público sean tan exactos como un reloj, así que cuando alguien llega tarde es poco probable que sea debido a eso. Pero en ciudades como la nuestra, donde el transporte está mucho menos organizado, esa probabilidad no es tan baja. Puedes comprobar que aunque salgas de tu casa a una misma hora, cerca a la hora punta, el intervalo de tiempo en que cae la hora de llegada suele ser de media hora. Y en algunos casos una hora. El problema del tráfico en esta ciudad es tan grande que ni siquiera puedes hacer predicciones usando tu propio auto. Comparar nuestra puntualidad con la de un alemán, no es algo lógico.

Lisa: Pero yo llego temprano. Y tú también llegas temprano.

Pablo: Tú no vives muy lejos. Yo trato de hacer mi viaje antes de la hora punta. Eso nos da más control. Pero no es el caso de todos. Además, debo decir que viajar antes de la hora punta, tan temprano, es algo sacrificado. Y los sacrificios no están al alcance de todo el mundo ni son tan sostenibles como uno quisiera.

Lisa: ¿Qué sugieres que haga?

Pablo: Las reglas son para evitar tener que acordar y decidir una y otra vez. Si el ambiente es estable, las reglas ayudan. Pero si el ambiente no es estable, las reglas se convierten en vallas de altura caprichosa, a veces más bajas o más altas de lo que se necesitan para ser de utilidad. En ambientes que no son estables, debemos dejar las reglas y optar por las referencias, y facilitar mecanismos que permitan acordar y decidir, una y otra vez.

Lisa: ¿Sugieres que no haya una hora de entrada?

Pablo: Sugiero que facilites que cada persona pueda expresar con sinceridad lo que tiene que decir al respecto, ver qué opciones hay, y buscar juntos algo que pueda ser útil para ambos. Seguramente habrá que hacerlo regularmente.

Lisa: Cada persona me va a salir con una hora de entrada diferente.

Pablo: ¿Y hay algún problema con eso?

Lisa: ¡Claro! Cuando lleguen los de una oficina y necesiten algo de la otra, no encontrarán a nadie.

Pablo: ¿Por qué?

Lisa: Porque se supone que debería haber alguien a esa hora.

Pablo: ¿Por qué?

Lisa: Porque la hora de entrada está así establecida... oh, ya veo. Si todos supieran que las horas de entrada no son iguales, ya no supondrían que pueden ir a la otra oficina tan temprano... pero entonces, las cosas se quedarían sin hacer hasta que llegara la otra persona...

Pablo: Creo que no estás dando mucho crédito a tu compañeros. Si algo se necesita temprano, y la hora de entrada no es la misma, posiblemente tomen previsiones para ello el día anterior.

Lisa: ¿Realmente crees que lo hagan?

Pablo: Lo harán. Si les facilitas mecanismos para que decidan y acuerden entre ellos, lo harán. Pero si limitas todo a una regla difícil de cumplir, como es ahora, la empezarán a odiar. Lo que la gente quiere es trabajar a gusto, por una razón que los motive. Si está en tu control ayudar a que eso pase, ayúdales.

Lisa: Facilitar que la gente se auto organice...

Pablo: Así es. Si te fijas, el problema del tránsito en la hora punta se debería a muchas reglas fijas actuando a la vez. Todas las personas ocupando las calles casi al mismo tiempo, por tratar de cumplir con una regla fija. Es como si todos quisieran pasar por una puerta al mismo tiempo. Algunos plantean que la solución es hacer una puerta más grande, pero es costosa, y habría que pasar por otro lado hasta que esté lista. Una solución más práctica es organizar una fila, para que todos podamos pasar. Que alguien entre primero, luego otro, luego otro.

Lisa: Entrar al trabajo en horas diferenciadas... ¿crees que funcionaría?

Pablo: Quitemos las reglas fijas arbitrarias y ayudemos a la gente a averiguarlo.

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